BILL EL PIRATA Y EL IMAGINARIO MUNDO DE LA DISCAPACIDAD
3 diciembre, 2015 1 comentario
Este día se conmemoran los derechos de las personas con discapacidad, nosotros llevamos más de tres años trabajando en conjunto con diferentes personas e instituciones ligadas al llamado mundo de “la discapacidad”, “condición de discapacidad”, “diversidad funcional” y todas las diferentes formas en que aún no nos ponemos de acuerdo de cómo referirnos a este grupo de personas diferentes, de personas que no funcionan de manera fluida bajo las condiciones que se han desarrollado en el medio social, ya sea por impedimentos físicos, sensoriales o neurológicos. Creo que ya la gran cantidad de adjetivos indica la dificultad de aunar criterios de trabajo, del cómo trabajar juntos más que dispersos, del cómo buscamos soluciones globales para todas las personas y no soluciones a grupos específicos que a la larga son excluyentes y bastante egoístas. Estos días la visibilidad es amplia y constante, cercanos al 3 de diciembre, día de las personas con discapacidad a nivel mundial, pero lamentablemente el efecto en la sociedad en general no pasa más allá de una emocionalidad etérea que se diluye cuando “la discapacidad” no es parte de sus vidas.
Muchos a pesar de no ser tan amigos de “los días de…” entendemos que son oportunidades para compartir conceptos y a su vez ser visibles ante autoridades (que por lo general se muestran llanas a apoyar, aportar y sumarse, pero sus acciones pocas veces trascienden a este mundo), pero aun así aquí estamos creyendo que con una mentalidad que cambie cada año ya es un avance, es probable que nos falten años si fuera así, pero lo seguimos intentando.
EL IMAGINARIO MUNDO DE LA DISCAPACIDAD
Las comunidades de personas siempre han reaccionado y actuado frente a las personas que son diferentes, desde el comienzo de los tiempos no han sido neutrales frente a este tipo de personas calificadas como “diferentes”, desde lanzarlos a los abismos por ser consideradas parte de una maldición o mal augurio, hasta convertirlos en fuentes de caridad, ocultarlos en lugares aislados y bueno ayudarles a tener una mejor vida desde el punto de vista del que es “normal” o “regular”.
Pero creo que con el tiempo poco a poco hemos ido comprendiendo que la discapacidad existe en el imaginario de conceptos que hemos definido y aprendido a través de los tiempos, sé que algunos pensarán que negarse a la existencia de la discapacidad sería un error, una negación de la realidad, pero cuál realidad, esa que se ha definido por todos estos años en que los que son mayoría definen a los minoritarios diferentes, eso suena a un sistema opresor y dictatorial en que las minorías somos absorbidas y controladas por este sentir y pensar de mayorías, que en realidad no piensan, sólo asumen. Siempre se señala que las palabras “crean realidades”, entonces me creo con el derecho de crear esta realidad, la realidad en que la discapacidad sólo existe en los que quieren ver déficits, del que considera que cuando no eres como la gente regular entonces algo te falta y te defino, te etiqueto y almaceno con el resto de la gente como tú. Si algo hemos aprendido en este tiempo, día a día vemo la gran y maravillosa calidad de personas que vive con una etiqueta que lo aleja, segrega, aísla y peor aún le resta y le quita derechos, que son para todos los seres humanos, pero en su caso no se aplican y así se hace necesario crear derechos aparte a los derechos de todos, porque sin quererlo en ese lenguaje que se ha usado por años debemos crear “los derechos de las personas diferentes” porque en los “derechos de todos” no estamos incluidos.
Ese lenguaje ha creado y sigue creando esa realidad segregada, por eso mi lenguaje quiere crear ese mundo sin discapacidad, ese mundo con personas diferentes, algunos requerirán más o menos apoyos, diferentes herramientas para desarrollarse, un mundo en que todos recibimos lo que nos pertenece por nuestra calidad de humanos y acorde a nuestras diferencias, en que nadie pierda la posibilidad de desarrollarse por sólo ser diferente. Soy un convencido de que la discapacidad sólo existe en el ojo del que quiere ver discapacidad, en aquel que quiere centrarse en mirar lo que el otro no tiene. Algunos me dirán que soy un soñador, que hablo una utopía, yo te digo “cambia tu mirada y verás lo que digo”.
BILL, EL PIRATA DISCAPACITADO
Hace unos meses en Santa Cruz, Bolivia, pudimos compartir con un grupo excepcional de personas, gracias a la gentil invitación de Celia Teria, allí nos encontramos a alguien que había trabajado la misma idea y conceptalización de los cuentos tradicionales excluyentes e incluso también había visto en el ejemplo de un pirata “discapacitado”, Un joven antropólogo ciego Jorge Colmenares, fue entonces que decidí escribir la historia de BILL, que últimamente hemos utilizado en nuestras presentaciones en los últimos meses dentro y fuera del país.
Un pirata tuerto, con un garfio reemplazando una mano y una pierna de madera es sin lugar a dudas una persona que requiere terapia, que requiere apoyos para poder ser funcional en la sociedad en que vivimos, si analizamos desde el punto de vista “clínico deficitario” le faltan elementos para llamarle “normal” o “regular”, ante esta situación es que nos enfrentamos a que tú nunca habías visto que un pirata requiriera apoyos, de hecho nunca te habías fijado que un pirata en términos prácticos era un discapacitado, entonces después de darte cuenta él dejó de ser funcional, el dejó de ser independiente, perdió en tu mente sus capacidades de navegar, pelear, comer, moverse y todas las cosas que hace el resto de las personas, creo que la respuesta en “NO”, entonces dónde está la discapacidad, quién ve la discapacidad. El cuento de Bill el pirata en la isla de la compasión es una historia que nos cuenta que cuando se quiere ver discapacidad la vas a ver y que en el afán de “ayudar” pueden pasarse a llevar derechos humanos básicos, “no toda ayuda es de ayuda”, si no tiene un enfoque en la persona entonces se diluye y puede provocar un daño profundo a esa persona.
El fondo de este texto, es invitarte a ver el pirata que hay tras de cada persona que tú ves diferente, que catalogas dentro de esas diferentes formas de clasificar esa diferencia (discapacidad), hoy la invitación es a no ver discapacidad a que veas talentos, habilidades y potenciales, la invitación es a que puedas ser uno más de los que desea construir un mundo en que la diferencia no sea un elemento para catalogar sino que entender que la diferencia es lo normal, porque todos somos diferentes, todos somos otro.
Aquí puedes descargar la historia de BILL el pirata en la Isla de la Compasión por Leonardo Caracol